viernes, 24 de abril de 2020

Cuentos de amor de locura y de muerte, de Horacio Quiroga




https://www.educ.ar/recursos/131443/cuentos-de-amor-de-locura-y-de-muerte-de-horacio-quiroga?from=150858

martes, 2 de octubre de 2018

Preguntas sobre Arteterapia

viernes, 14 de octubre de 2016

Cambio la palabra del futuro Nota a Natalia Gil Fainschtein en Radio Sentidos

sábado, 29 de septiembre de 2012

Las desventuras de una goma



Goma estaba triste porque a ella le hubiera gustado ser alta y esbelta y,… algo más que sólo un cubo de suave migajón. Además se encontraba siempre tan sucia de tanto borrar los errores de las páginas de los cuadernos…sobre todo el de mate, que su aspecto era de desaliño. El sacapuntas era su amigo y con él platicaba mucho, pero era frío y calculador y se llevaba mucho con Lápiz Nuevo. En realidad se pasaban mucho tiempo junto, su amistad era muy fuerte pues siempre estaban afinando sus ideas. Goma entonces se sentía como apartada, se sentía tan sola.
Lápiz Nuevo era delgado y elegante, incluso hasta tenía una pequeña goma a su servicio y su punta siempre estaba afilada y lista para dibujar y escribir. De lejos, Goma miraba a todos los habitantes de la estuchera y pensaba que ellas, las gomas, desde siempre habían nacido así; pequeñas, insignificantes. Colocadas en algún recoveco de aquel estuche, se gastaban un poco cada día hasta romperse, ensuciarse y perder rápidamente la hermosura de los primeros días.
Los colores como Rosa, Violeta y Amarillo se llevaban bien con ella a tal grado que si coloreaban por error algún dibujo, Goma podía borrarlas con facilidad. Borrar el trazo de otro, era la manera de relacionarse y convivir con los demás. En cambio Negro, Café y Gris no se llevaban muy bien con ella y por eso no dejaban que sus trazos fueran borrados. Los lápices usados; tan pequeños y maltrechos vivían junto a ella en el siguiente espacio de la estuchera. Todos esos lapicitos eran tan experimentados en dibujar, escribir y hacer cuentas, que ahora no paraban de hablar del pasado y sus antiguas glorias. Sin embargo no querían mucho a las gomas porque muchas de ellas habían borrado diversas ideas suyas que les hubiera gustado conservar. Sus obras se perdían en viejos cuadernos destartalados. Por supuesto no admitían que un sinnúmero de aquellos trazos habían sido errores. Uno de aquellos viejos lápices estaba especialmente olvidado porque en sus buenos tiempos lo sorprendieron escribiendo un montón de malas palabras, de esas que llaman groserías y el vecindario lo veía con recelo, lo ignoraba y nunca lo invitaban a sus fiestas.
Los compartimientos de aquella caja- estuchera hacían que la vida se complicara porque enredaban la convivencia entre sus habitantes.  Estaban clasificados de acuerdo a su utilidad y funciones y los espacios mejores eran para los nuevos. Un día llegaron tres hermosas plumas. Eran Roja, Negra y Verde. Todas eran tan esbeltas y relucientes que Goma, escondida en su lugar, las miraba embelesada. Quería conocerlas, pero eran tan altivas y vanidosas que no se atrevió ni a hablarles.
Desde luego Lápiz Nuevo se acercó a ellas, les dio la bienvenida a la comunidad y platicaron mucho. Tenían planes para hacer bosquejos, apuntes, resúmenes, cuestionarios, dibujos, mapas conceptuales de colores y otros muchos trabajos interesantísimos. Hasta ese momento Lápiz Nuevo había sido el personaje más popular, pues era especialista en hacer números y operaciones y había llenado ya muchas páginas del cuaderno de matemáticas. Además de ser el personaje más popular, era el que resolvía muchos de los conflictos que surgían entre los vecinos.
 Entre los Lápices Usados había otro que tan sólo media un centímetro de altura y se decía que había realizado casi cien planas de letras, palabras y enunciados. Él era el más viejito y le daba muy buenos consejos a Lápiz Nuevo, que los seguía siempre. Tenía una pequeña punta desgastada pero que aún podía esbozar sus ideas.
Mientras tanto, las plumas Negra y Roja se dedicaban a trabajar en el cuaderno de español y ciencias. Se creían mucho porque ninguna goma sencilla podía borrar sus palabras y seguido se reunían con Compás que ocupaba un espacio muy amplio en la estuchera. Compás tenía un profundo conocimiento de la vida y fue él quien les contó que antes de que las plumas fueran inventadas se escribía con un sujeto llamado manguillo. Aquel era un refinado personaje que bebía la tinta de un recipiente y luego iba haciendo sus trazos, líneas, curvas, letras y hermosísimas caligrafías. Soltaba la tinta por  su punta, llamada plumilla,  y de poco a poco esa tinta contenida en su compartimento interno, dejaba en la planicie de la hoja sus diseños. Cuando algún manguillo inexperto se equivocaba o soltaba una gota de tinta en el lugar equivocado, el trabajo se repetía nuevamente. Eran aquellos tiempos distintos, colmados de paciencia y precisión a la hora de trabajar.
En aquellos días las gomas eran de un material más duro y todas estaban conformadas por dos partes: la roja y la azul. La sección azul era especial para borrar las tintas de los manguillos; aunque a veces se hacía un hoyo en la hoja al intentarlo, y la roja se usaba para borrar  el grafito de los lápices. Pero con el tiempo; muchas, muchas gomas se fabricaron de suave migajón o materiales similares y con la limitación de borrar sólo las líneas de los lápices. Fue así como las gomas tuvieron una menor participación en la creación de obras y su papel en la vida de los habitantes de la estuchera cambió mucho,  y más cuando se prohibió su uso en la escuela argumentando que se debían practicar los trazos sin borrar.
Aquella estuchera era  tan amplia que en ella vivían también, diez Crayolas venidas de no sé donde que pintaban con unos colores brillantes y hermosos gracias a un componente llamado oil que les daba el don de no poder ser borradas por nadie. Un día invitaron a Goma a participar con ellas en el borrado de un error, pero la pobre goma quedó embadurnada de tal forma que uno de sus lados quedo inservible. Descubrieron que Goma no era feliz; y al preguntarle ella argumentó que al interactuar con los trabajos hechos no dejaba nada escrito o dibujado sobre la hoja, que su quehacer no se notaba ni quedaba para el futuro y llorando lágrimas de morusas de migajón con grafito de lápiz, dijo que a ella le hubiera gustado ser un lápiz alto, esbelto con una fina punta para dibujar y formar trazos libres, letras, palabras e incluso…historias. Trabajar en algo importante y ser creativa llenando las páginas de un cuaderno o un libro, que muchos pudieran leer aun cuando ella ya no pudiera estar presente para verlos.
En otras palabras Ella quería ser otro personaje para poder plasmar algo importante como lo hace un autor de obras. Pero sólo era un ser oculto y despreciado, borrando los errores que otros cometían haciéndolos aparecer como mejores. De esa manera Goma esperaba a que Lápiz Nuevo, o cualquier otro habitante del lugar, cometieran un error para frotar con su cuerpo el papel y desaparecer lo feo. Esa manera de convivir en las labores con los demás le parecía como vivir a la sombra de otros siempre.
Y de esa manera pasaban los días; todos cumpliendo con sus labores, goma sufriendo con sus temores y borrando aquí y allá.
Pero un día llegó a la estuchera un personaje nuevo. Era un lápiz HB especialista en hacer dibujos. Era un artista y hacia unos delineados de color negro intensos y hermosos que después iba transformando en suaves líneas y sombras. Goma lo miraba con admiración y pensaba que no le gustaría tener que borrar ninguno de  esos bosquejos tan hermosos. Cuando HB dibujaba parecía como si una música secreta le acompañara en un baile de líneas y arabescos, espirales y filigranas con los que formaba hermosos bosquejos que más tarde llegarían a ser verdaderas obras de arte. Y goma, nerviosa ante tanta expresión se asomaba por algún hueco y sin ser notada, casi invisible, contemplaba y se deleitaba con las tareas de aquel gran artista.
Una mañana, que Lápiz HB dibujaba sobre papel fabriano el estudio de los frágiles pétalos de unas florecillas llamadas pensamientos, solicitó la ayuda de una goma. Las crayolas, amigas de Goma  la fueron a buscar y le dijeron que era su oportunidad de colaborar con el interesante Lápiz HB. Cuando llegó a orillas de la blanca hoja, él le solicitó que borrara un trazo que no le satisfacía. Primero frotó con timidez  lo que le indicaban y se dio cuenta que lo hacía con mucha facilidad, pues aquellos trazos eran suaves. De pronto Lápiz HB
, en un arranque de creatividad, patinó de manera inclinada por la superficie de la hoja hasta cubrirlo todo de negro. Al terminar invitó a Goma a dibujar borrando. Ella nunca había hecho eso, así es que empezó medio nerviosa. Con una de sus esquinas borró algunas partes y creó, por primera vez, un dibujo…y era en verdad muy hermoso.
Desde ese día Lápiz HB y Goma trabajaron juntos en muchos proyectos de arte. Los habitantes de la estuchera la rodearon y  felicitaron mucho. Ahora ella también podría crear obras, dirigir sus propios trazos e incluso escribir. Lápiz Nuevo, plumas Roja y Negra ya la trataban mejor y la invitaban a sus reuniones a donde acudía por supuesto acompañada de Lápiz HB.
Y fue así como todos aprendieron que no importa quién eres pues  todos somos valiosos e importantes en la convivencia diaria, pues todos sabemos algo que los demás ignoran. 
Autor: Lourdes Villaseñor Bello
           Metziciuhatl, julio del 2011

viernes, 2 de marzo de 2012

VIRTUDES CHOIQUE


VIRTUDES CHOIQUE

(CUENTO DE CARLOS JOAQUÍN DURÁN)

Había una vez una escuela en medio de las montañas. Los chicos que iban a aquel lugar a estudiar, llegaban a caballo, en burro, en mula y en patas.

Como suele suceder en estas escuelitas perdidas, el lugar tenía una sola maestra; una solita, que amasaba el pan, trabajaba una quintita, hacía sonar la campana y también hacía la limpieza.

Me olvidaba: la maestra de aquella escuela se llamaba Virtudes Choique. Era una morocha más linda que el 25 de mayo. Y me olvidaba de otra cosa: Virtudes Choique ordeñaba cuatro cabras, y encima era una maestra llena de inventos, cuentos y expediciones. (Como ven, hay maestras y maestras).

Esta del cuento, vivía en la escuela. Al final de la hilera de bancos, tenía un catre y una cocinita. Allí vivía, cantaba con la guitarra, y allí sabía golpear la caja y el bombo.

Y ahora viene la parte de los chicos.

Los chicos no se perdían un solo día de clase. Principalmente, porque la señorita Virtudes tenía tiempo para ellos. Además, sabía hacer mimos, y de vez en cuando jugaba al fútbol con ellos. En último lugar estaba el mate cocido de leche de cabra, que Virtudes servía cada mañana. La cuestión es que un día Apolinario Sosa volvió al rancho y dijo a sus padres:

- ¡Miren, miren...! ¡Miren lo que me ha puesto la maestra en el cuaderno!

El padre y la madre miraron, y vieron unas letras coloradas. Como no sabían leer, pidieron al hijo que les dijera; entonces Apolinario leyó:

- "Señores padres: les informo que su hijo Apolinario es el mejor alumno".

Los padres de Apolinario abrazaron al hijo, porque si la maestra había escrito aquello, ellos se sentían bendecidos por Dios.

Sin embargo, al día siguiente, otra chica llevó a su casa algo parecido.

Esta chica se llamaba Juanita Chuspas, y voló con su mula al rancho para mostrar lo que había escrito la maestra:

- "Señores padres: les informo que su hija Juanita es la mejor alumna".

Y acá no iba a terminar la cosa. Al otro día, Melchorcito Guare llegó a su rancho chillando como loco de alegría:

- ¡Mire, mamita...! ¡Mire, Tata...! La maestra me ha puesto una felicitación de color colorado, acá. Vean: "Señores padres: les informo que su hijo Melchorcito es el mejor alumno".

Así los cincuenta y seis alumnos de la escuela llevaron a sus ranchos una nota que aseguraba: "Su hijo es el mejor alumno".

Y así hubiera quedado todo, si el hijo del boticario no hubiera llevado su felicitación. Porque, les cuento: el boticario, don Pantaleón Minoguye, apenas se enteró de que su hijo era el mejor alumno, dijo:

- Vamos a hacer una fiesta. ¡Mi hijo es el mejor de toda la región!. Sí. Hay que hacer un asado con baile. El hijo de Pantaleón Minoguye ha honrado a su padre, y por eso lo voy a celebrar como Dios manda.

El boticario escribió una carta a la señorita Virtudes. La carta decía:

-"Mi estimadísima, distinguidísima y hermosísima maestra: el sábado que viene voy a dar un asado en honor de mi hijo. Usted es la primera invitada. Le pido que avise a los demás alumnos, para que vengan al asado con sus padres. Muchas gracias. Beso sus pies, Pantaleón Minoguye; boticario".

Imagínense el revuelo que se armó.

Ese día cada chico voló a su casa para avisar del convite.

Y como sucede siempre entre la gente sencilla, nadie faltó a la fiesta. Bien sabe el pobre cuánto valor tiene reunirse, festejar, reírse un rato, cantar, saludarse, brindar, y comer un asadito de cordero.

Por eso, ese sábado todo el mundo bajó hasta la casa del boticario, que estaba de lo más adornada. Ya estaba el asador, la pava con el mate, varias fuentes con pastelitos, y tres mesas puestas una al lado de la otra.

En seguida se armó la fiesta.

Mientras la señorita Virtudes Choique cantaba una baguala, el mate iba de mano en mano, y la carne del cordero se iba dorando.

Por fin, don Pantaleón, el boticario, dio unas palmadas y pidió silencio.

Todos prestaron atención.

Seguramente iba a comunicar una noticia importante, ya que el convite era un festejo.

Don Pantaleón tomó un banquito, lo puso en medio del patio, y se subió. Después hizo ejem, ejem, y sacando un papelito leyó el siguiente discurso:

-"Señoras, señores, vecinos, niños. ¡Queridos convidados! Los he reunido a comer el asado aquí presente, para festejar una noticia que me llena de orgullo. Mi hijo, mi muchachito, acaba de ser nombrado por la maestra, doña Virtudes Choique, el mejor alumno. Así es. Nada más, ni nada menos...".

El hijo del boticario se acercó al padre, y le dio un vaso con vino. Entonces el boticario levantó el vaso y continuó:

-"Por eso, señoras y señores, los invito a levantar el vaso y brindar por este hijo que ha honrado a su padre, a su apellido, y a su país. He dicho".

Contra lo esperado, nadie levantó el vaso. Nadie aplaudió. Nadie dijo ni mu.

Al revés. Padres y madres empezaron a mirarse unos a otros, bastante serios. El primero en protestar fue el papá de Apolinario Sosa:

-Yo no brindo nada. Acá el único mejor es mi chico, el Apolinario.

Ahí nomás se adelantó colorado de rabia el padre de Juanita Chuspas, para retrucar:

-¡Qué están diciendo, pues! Acá la única mejorcita de todos es la Juana, mi muchachita.

Pero ya empezaban los gritos de los demás, porque cada cual desmentía al otro diciendo que no, que el mejor alumno era su hijo. Y que se dejaran de andar diciendo mentiras.

A punto de que don Sixto Pillén agarrara de las trenzas a doña Dominga Llanos, y todo se fuera para el lado del demonio, pudo oírse la voz firme de la señorita Virtudes Choique.

-¡Párense...! ¡Cuidado con lo que están por hacer...! ¡Esto es una fiesta!

La gente bajó las manos y se quedó quieta.

Todos miraban fiero a la maestra. Por fin, uno dijo:

-Maestra: usted ha dicho mentira. Usted ha dicho a todos lo mismo.

Entonces sucedió algo notable. Virtudes Choique empezó a reírse loca de contenta. Por fin, dijo:

-Bueno. Ya veo que ni acá puedo dejar de enseñar. Escuchen bien, y abran las orejas. Pero abran también el corazón. Porque si no entienden, adiós fiesta. Yo seré la primera en marcharme.

Todos fueron tomando asiento.

Entonces la señorita habló así:

-Yo no he mentido. He dicho verdad. Verdad que pocos ven, y por eso no creen. Voy a darles ejemplo de que digo verdad:

"Cuando digo que Melchor Guare es el mejor no miento. Melchorcito no sabrá las tablas de multiplicar, pero es el mejor arquero de la escuela, cuando jugamos fútbol...

"Cuando digo que Juanita Chuspas es la mejor no miento. Porque si bien anda floja en Historia, es la más cariñosa de todas...

"Y cuando digo que Apolinario Sosa es mi mejor alumno tampoco miento. Y Dios es testigo que aunque es desprolijo, es el más dispuesto para ayudar en lo que sea...

"Tampoco miento cuando digo que aquel es el mejor en matemáticas... pero me callo si no es servicial.

"Y aquel otro, es el más prolijo. Pero me callo si le cuesta prestar algún útil a sus compañeros.

"Y aquella es peleadora, pero escribe unas poesías preciosas.

"Y aquel, que es poco hábil jugando a la pelota, es mi mejor alumno en dibujo.

"Y aquella es mi peor alumna en ortografía, ¡pero es la mejor de todas a la hora de trabajo manual!

"¿Debo seguir explicando? ¿Acaso no entendieron? Soy la maestra y debo construir el mundo con estos chicos. Pues entonces, ¿con qué levantaré la patria? ¿Con lo mejor o con lo peor?

Todos habían ido bajando la mirada. Los padres estaban más bien serios. Los hijos sonreían contentos.

Poco a poco cada cual fue buscando a su chico. Y lo miró con ojos nuevos. Porque siempre habían visto principalmente los defectos, y ahora empezaban a sospechar que cada defecto tiene una virtud que le hace contrapeso. Y que es cuestión de subrayar, estimular y premiar lo mejor.

Porque con eso se construye mejor.

Cuenta la historia que el boticario rompió el largo silencio. Dijo:

-¡A comer...! ¡La carne ya está a punto, y el festejo hay que multiplicarlo por cincuenta y seis...!

Comieron más felices que nunca. Brindaron. Jugaron a la taba. Al truco. A la escoba de quince. Y bailaron hasta las cuatro de la tarde.

CARLOS JOAQUIN DURAN

Cuentos para curar el empacho, Editora Patria Grande, Buenos Aires, 1986.

martes, 14 de febrero de 2012

¡Excellere cumple 4 años!

 

 

Hace 4 años con el objetivo de compartir información, conocimientos, experiencias y demás materiales para la mejora de la calidad educativa y de la capacitación docente nacía la red Excellere Consultora Educativa.



Este nombre, que parece tan difícil a veces, resonaba en mi cabeza desde hacía ya varios años. "Excellere" proviene del latín y significa simplemente ser excelente! El vocablo excelente llegó al español como participio presente del verbo latino excellere (ser superior, sobresalir), compuesto por el prefijo ex- (fuera), y el elemento verbal cellere, que representaba la idea de "ascender, ponerse más alto". (Fuente: LA PÁGINA DEL IDIOMA ESPAÑOL www.elcastellano.org)

Entonces Excellere me parecía el nombre perfecto para un espacio de aprendizaje y perfeccionamiento de una de las tareas más nobles que existen, la de enseñar!



En el primer mes se sumaron un puñado de colegas y amigos docentes… se fue compartiendo de boca a boca y de mail a mail, hasta llegar hoy a casi 3700 miembros, quienes subieron 702 fotos, publicaron 342 videos, escribieron 1311 publicaciones en el blog y asistieron a alguno de los 43 eventos que realizamos.

¡Gracias a todos por su confianza y por su participación!

En enero de 2010 incorporamos e-learning en Excellere, de la mano de María Marta Ruiz Díaz y de Evangelina Jadil, dos profesionales de lujo, sumamos un campus virtual y un nuevo servicio para todos nuestros miembros interesados en la educación a distancia: "e-Excellere, Formación Virtual".

Durante todo febrero festejaremos el cumpleaños de nuestra red y ya que cumplimos 4 años queremos llegar a los 4000 miembros… ¿Nos ayudan? Para ello les pedimos que, haciendo click en la pestaña Invitá , coloquen el mail de uno o más docentes que conozcan para invitarlos a ser parte de nuestra red.

1er regalo: Manual digital "Introducción a la Tecnología Educativa"

Para quienes inviten a otros colegas a sumarse a Excellere durante el mes de febrero, recibirán en su casilla de correo el Manual digital "Introducción a la Tecnología Educativa" de Manuel Area Moreira, Catedrático de Tecnología Educativa, publicado por la Universidad de La Laguna (España), bajo licencia Creative Commons.

2do regalo: 10 becas para un curso.

En marzo comienza el curso virtual "Las TIC en el aula, estrategias y herramientas de la web 2.0". Es un curso para aquellos docentes que piensan: "Se viene el tsunami!, mi escuela propone la inclusión de las TIC y no sé qué hacer".

Se brindarán paso a paso las explicaciones para planificar clases y proyectos que motiven e interesen a nuestros "nativos digitales". El costo del curso, que dura 6 semanas, será de $ 600, pero entre los docentes que se inscriban sortearemos 5 becas del 100% y 5 becas del 50%.

Para acceder a las becas es requisito tener el perfil completo (con foto y todos los datos que se requieren en el momento de inscribirse).Para completar su perfil deben ingresar a la red con sus datos e ir a Configuración.(En la columna de la derecha arriba de todo).

3er regalo: Una capacitación para su escuela.

Todas las directoras que deseen participar por el sorteo de una capacitación gratuita, de 3 horas de duración, sobre el tema "Cómo planificar proyectos con inclusión de TIC" para realizar en su escuela, deberán anotarse en el evento haciendo click en Asistiré.

El sorteo se realizará el 29 de febrero. Si la escuela es de Capital Federal o Gran Buenos Aires la capacitación será presencial, en día y horario a convenir.

Si la escuela ganadora queda a más de 40km de Capital Federal, se hará por videoconferencia con intercambio por chat y foro. Si la escuela abona los gastos de traslado y alojamiento (si este fuera necesario, según la distancia), podrá hacerse en forma presencial.

4to regalo: Un aula virtual gratuita.

Entre todos los docentes que quieran dar educación virtual y tengan un curso preparado sortearemos un aula virtual sin cargo para que disponga de ella durante dos meses y brinde su curso.

Excellere no sólo le habilitará el aula en nuestro campus virtual sino que le hará la difusión del curso y pone a su disposición nuestro sistema de cobro para que pueda cobrar el arancel a quienes se inscriban en el curso.

¡Saludos y a brindar por el crecimiento de nuestra red!

Lic. Natalia Gil de Fainschtein

Directora de Excellere Consultora Educativa

excellere.consultora.educativa@gmail.com

http://excellereconsultoraeducativa.ning.com

Visitá la web del II Congreso virtual de Ed. y TIC "La Escuel@ del Futuro"

http://ionaformacionvirtual.ning.com

¿Nos seguís en Twitter? http://twitter.com/#!/Red_Excellere
Esperamos tus aportes en @Red_Excellere

 

lunes, 9 de enero de 2012

PRIMERA PERSONA


Me senté en el primer banco.
Ningún chico quiso sentarse conmigo. Tal vez porque soy nuevo en esta escuela.

Escribí en mi cuaderno y la letra me salió muy prolija. También dibujé un perro. Y un árbol.
En el recreo me acerqué a un grupo que jugaba a las figuritas. Un chico de anteojos me empujó y me dijo: ”Andate deforme” ¿Qué querrá decir “deforme”?
Entonces, me quedé jugando con unas piedritas, en el patio.
A la tarde la maestra dijo que una compañera, Ludmila, iba a repartirnos invitaciones para su cumpleaños. Ella pasó por todos los bancos. Yo puse la mano, pero a mí no me dió nada.
Qué me importa.

Después tuvimos Música. Aprendimos una canción para tomar el té.

A la salida vino a buscarme mamá.

La maestra le dijo que yo había estado muy bien.

Es una gran suerte, le contestó mamá, que ahora los chicos con necesidades especiales puedan estar integrados en la escuela común.

Autora: Diana Roitberg (Rigoletto para el jurado del CONCURSO
DE MICRO-RELATOS SOBRE LA DISCAPACIDAD organizado por el Ayuntamiento de Piélagos.)

jueves, 9 de diciembre de 2010

El corcho



Hace años, un inspector visitó una escuela primaria. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención, una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.

Decidió presentarse:

- “Permiso, soy el inspector de turno... ¿algún problema?”

- “Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles...”

El inspector, que era un docente de alma, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

- “¿Qué es esto?”

- “Un corcho señor...”, gritaron los alumnos sorprendidos.


- “Bien, ¿De dónde sale el corcho?”

- “De la botella señor. Lo coloca una máquina.., del alcornoque, de un árbol .... de la madera...”, respondían animosos los niños.

- “¿Y qué se puede hacer con madera?”, continuaba entusiasta el docente.

- “Sillas..., una mesa..., un barco...”

- “Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?...”, y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión…


La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:

- “Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas gracias.”

Pasó el tiempo. El inspector volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

- “Señorita... ¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?”

- “Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho. ¿Dónde lo dejó?”



Enrique Mariscal

sábado, 12 de diciembre de 2009

El Pájaro del alma (Mijal Snunit)





Hondo, muy hondo,

dentro del cuerpo habita el alma.

Nadie lo ha visto nunca

pero todos saben que existe,

saben tambien lo que hay en su interior.



Dentro del alma,

en su centro,

esta, de pie sobre una sola pata,

un pájaro: el pájaro del alma.

El siente todo lo que nosotros sentimos.



Cuando alguien nos hiere,

el pájaro del alma vaga por nuestro cuerpo,

por aqui, por alla, en cualquier direccion,

aquejándode fuertes dolores.



Cuando alguien nos quiere,

el pájaro del alma salta,

dando pequenos y alegres brincos,

yendo y viniendo,

adelante y atrás.



Cuando alguien nos llama por nuestro nombre,

el pájaro del alma presta atención a la voz

para averiguar qué clase de llamada es esa.



Cuando alguien se enoja con nosotros,

el pájaro del alma se encierra en si mismo

silencioso y triste.



Y cuando alguien nos abraza,

el pájaro del alma,

que habita hondo, muy hondo, dentro del cuerpo

crece, crece,

hasta que llena casi todo nuestro interior.

Atal punto que hace bien el abrazo.



Dentro del cuerpo,

hondo, muy hondo, habita el alma.

Nadie la ha visto nunca,

pero todos saben que existe.

Hasta ahora no ha nacido hombre sin alma.

Porque el alma

se introduce en nosotros cuando nacemos,

y no nos abandona

ni siquiera una vez mientras vivimos.

Como el aire que el hombre respira

desde su nacimiento hasta su muerte.



Seguramente quieres saber

de qué esta hecho el pájaro del alma

Es muy sencillo:

esta hecho de cajones y cajones;

pero estos cajones

no se pueden abrir así nada más.

Cada uno esta cerrado por una llave muy especial.

Y es el pájaro del alma

el único que puede abrir sus cajones

¿Cómo? tambien esto es muy sencillo:

con su otra pata.



El pájaro del alma está de pie sobre una sola pata;

con la otra -doblada bajo el vientre a la hora del descanso-

gira la llave, moviendo la manija, y todo lo que hay dentro

se esparce por el cuerpo.

Y como todo lo que sentimos tiene su propio cajón,

el pájaro del alma tiene muchisimos cajones.



Un cajón para la alegria

y un cajón para la tristeza,

una cajón para la envidia

y un cajón para la esperanza,

un cajón para la decepción

y un cajón para la desesperación,

un cajón para la paciencia

y un cajón para la impaciencia

También hay un cajón para el odio

y otro para el enojo

y otro para los mimos.



Un cajón para la pereza

y un cajón para nuestro vacio,

y un cajón para los secretos mas ocultos

(este es un cajón que casi nunca abrimos)

y hay más cajones

También tú puedes añadir todos los que quieras.



Aveces el hombre puede elegir

y señalar al pájaro qué llaves girar y qué cajones abrir.

Y a veces es el pájaro quien decide;

Por ejemplo:

el hombre quiere callar

y ordena al pájaro abrir el cajon del silencio;

pero el pájaro, por su cuenta, abre el cajón de la voz,

y el hombre habla ya habla y habla.



Otro ejemplo;

el hombre desea escuchar tranquilamente,

pero el pájaro abre, en cambio, el cajón de la impaciencia:

y el hombre se impacienta.



Y sucede que el hombre sin desearlo siente celos;

y sucede que quiere ayudar y es entonces cuando estorba.

Porque el pájaro del alma no siempre un pájaro obediente

y a veces causa penas....



De todo esto podemos entender que cada hombre es diferente

por el pájaro del alma que lleva dentro.

Un pájaro abre cada mañana el cajón de la alegría;

la alegría se desparrama por el cuerpo

y el hombre está dichoso.



Otro pájaro abre, en cambio el cajón del enojo;

el enojo se derrama y se apodera de todo su ser.

Y mientras el pájaro no cierra el cajon, el hombre continua enojado.



Un pájaro que se siente mal,

abre cajones desagradables;

un pájaro que se siente bien, elige cajones agradables.

Y lo que es más importante;

hay que escuchar atentamente al pájaro.



Porque sucede que el pájaro del alma nos llama,

y nosotros no lo oimos.

¡¡Que lástima!!

Él quiere hablarnos de nosotros mismos,

quiere platicarnos de los sentimientos que encierra en sus cajones.



Hay quien lo escucha a menudo.

Hay quien rara vez lo escucha

y quien lo escucha solo una vez.



Por eso es conveniente

ya tarde, en la noche,

cuando todo esta en silencio,

escuchar al pájaro del alma

que habita en nuestro interior,

hondo, muy hondo, dentro del cuerpo.



Mijal Snunit

El árbol de los problemas




El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación: Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequños hijos y le dio un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto un rato antes.

“Oh, ese es mi árbol de problemas“, contestó. “Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez“.

“Lo divertido es“, agregó sonriendo, “que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior“.

Espero que esta historia haya sido de tu agrado. No es necesario que la retransmitas ni te caerá ninguna maldición por no hacerlo, en realidad lo único importante es que encuentres tu árbol; por cierto en un lenguaje urbano de los tiempos que corren puede aplicarse perfectamente a un poste de luz cercano a tu domicilio.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Los sueños del sapo, de Javier Villafañe


Una tarde un sapo dijo:
- Esta noche voy a soñar que soy árbol. Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva. Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la vereda del molino. Estuvo largo rato mirando el cielo. Después bajó a la cueva, cerró los ojos y se quedó dormido. Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño. Mas de cien sapos lo escucharon:
- Anoche fui árbol - dijo -, un álamo. Estaba cerca de unos paraísos. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos brazos como alas, pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia. Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No me gustó ser árbol.
El sapo se fue, llegó a la huerta y se quedó descansando debajo de una hoja de acelga. Esa tarde el sapo dijo:
- Esta noche voy a soñar que soy río. Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para oírlo.
- Fui río anoche - dijo-. A ambos lados, lejos tenía las riberas. No podía escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos pañuelos en el puerto. la misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Descubrí que los barcos llevan a los que se quedan. Descubrí también que el río es agua que está quieta, es la espuma que anda; y que el río siempre está callado, es un largo silencio que busca orillas, la tierra, para descansar. Su música cabe en las manos de un niño; sube y baja por las espirales de un caracol. Fue una lástima. No vi una sola sirena; siempre vi peces, nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue, volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que señalaban los límites del perejil. Esa tarde el sapo dijo:
- Esta noche voy a soñar que soy caballo. Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron de muy lejos para oírlo.
- Fui caballo anoche - dijo-. Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro se posó sobre mi lomo. No me gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente dijo:
- No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
- No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube, y dijo:
- No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua
-¿Por qué estás tan contento? - le preguntaron.
Y el sapo respondió.
- Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.

EL CHINO Y EL ARROZ .Respetar las opiniones del otro




"La persona que cambia puede equivocarse,
pero la que no cambia nunca, vive equivocada".
Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su esposa, cuando vio a un hombre chino poniendo un plato con arroz en la tumba vecina. El hombre se dirigió al chino y le preguntó:
-Disculpe señor, ¿de verdad cree usted que el difunto vendrá a comer el arroz?...-'
-, respondió el chino, cuando el suyo venga a oler sus flores...'
Moraleja:
Respetar las opiniones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, por lo tanto actúan diferente y piensan diferente.
No juzgues...solamente comprende..., y si no lo puedes comprender... OLVÍDALO.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Presentación del libro: ¿Cómo planificar proyectos creativos...?



Para confirmar su presencia y reservar lugar vaya por favor a la pestaña EVENTOS del sitio principal. Gracias

La entrada es libre y gratuita pero si pueden, les pedimos colaborar llevando un útil escolar para donar a la Escuela Taller San Jorge.

martes, 18 de noviembre de 2008

El club de los perfectos.

Un cuento que no dejaría de contar a mis alumnos de cualquier edad es
"El club de los perfectos" de Graciela Montes.

Es super divertido y un excelente recurso para reflexionar sobre el tema de la discriminación.

Quise buscarlo en la web para compartirlo con ustedes y lo encontré narrado!

El Club de los Perfectos. Ilustraciones de Eleonora Arroyo. Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1989. Colección El Pajarito Remendado.


Así que haganse un mate o un rico té y disfruten del relato en:


Espero que les guste!

Saludos

Natalia Gil

martes, 14 de octubre de 2008

ABUELA CONTAME UN CUENTO. Por Mempo Giardinelli*








El chiquito tenía un incendio en la mirada. Había en sus ojos una rabia madura que delataba una sombra atroz en su breve historia.

Me acerqué a él contraviniendo nuestra consigna: no dejarnos vencer por nuestra propia sensibilidad.

Desde que empezamos el “Programa de Abuelas Cuentacuentos”*, insisto en que nuestra función es la de simples proveedores de algo que allí falta, y coyunturales, además. Somos gente que está supliendo lo que el Estado, hoy, no hace o no puede hacer para todos.

–¿Y vos quién sos? –le pregunté serio.–Pilín, nomás –y viéndole los pelos se entendía el nombre: duros y parados, tiesos de tanta mugre.


Estábamos en un comedor, en Resistencia, uno de los tantos asentamientos periféricos en los que vive (es un decir, porque vivir no es el verbo apropiado) el 60%de los casi 400.000 habitantes de Resistencia.Allí, todas las tardes, 200 chicos del barrio se acercan a merendar.


–¿Ya tomaste la leche, vos?–Sí.–Entonces andá nomás.Pero él no se movió. Miraba todo, alrededor, con ojos de adulto. Los miraba como los yacarés: de lejos y con fijeza, inescrutables.

Me miró desde abajo y me habló como un grande:

–Estoy esperando a la Abuela Luisa.

–¿Y por quéla Abuela Luisa y no otra?

–Me gusta, nomás.Pilín espera a la Abuela Luisa todos los viernes, me ha dicho Olga, una de las mamás cocineras. A ella le pregunté si es porque no tiene abuela en su casa.

No, no tiene. Apenas tiene los restos de una familia: padre desocupado y drogadicto con varias entradas en la policía; madre sirvienta que labura todo el día en una casa del centro y vuelve, molida, de noche; cinco hermanos, dos discapacitados.

Hay días en que todo el alimento de Pilín es esa copa de leche. Viene con un tarrito y se lleva un par de tazas para los hermanos. Todos se hacinan en una pieza de chapas y maderas, cerca de los basurales de la ciudad.

Nosotros sabemos que aquí los papás no existen. En el comedor, al menos. No vienen, pero miran, desde las casas, desde las esquinas. O espían mientras juegan al fútbol en la canchita. Son las madres las que trabajan rumiando contra esos hombres embrutecidos por la desocupación y el resentimiento que las vigilan desde lejos.


En ese momento llega el remise que trae a un par de abuelas. Una de ellas es Luisa, especialista en leer cuentos de Graciela Cabal.

–¿Y por qué te gustala Abuela Luisa, Pilín?El chico calla y se rasca las nalgas con la mano bajo el pantaloncito raído.

No sonríe, yo creo que ni sabe lo que es sonreír.

–Porque me deja pensando –dice.

–¿Y qué pensás, si ella no te trae nada?

Los dos sabemos que esa nada no es tal. El programa provee lecturas, ese otro alimento maravilloso. Pero él no sabría expresarlo.

–No sé –dice Pilín–. Cosas.Y entonces me mira como diciendo sí me da, me lee cuentos, siempre uno distinto y después me quedo toda la semana pensando.

Pero no lo dice.Simplemente se dirige al grupo que ya rodea a la Abuela Luisa y se sienta a sus pies, sobre la tierra dura, justo cuando ella empieza a leer.


Cuando después de un rato nos vamos en la camioneta, dando tumbos entre los pozos que dejó la última lluvia. Y cuando cada abuela es devuelta a la puerta de su casa, y me dirijo a la mía, me quedo pensando.

Yo también.

En muchas cosas.


*El Programa de la Fundación Mempo Giardinelli incluye hoy a más de 200 voluntarias lectoras en 25 ciudades de la Argentina que recorren casi mil escuelas, comedores, asilos y orfanatos asistiendo a los mismos niños cada semana a través de varios años.

Ha sido transferido a varias ciudades de otros países como Inglaterra, México, Colombia, Bogotá, Perú, Estados Unidos, Guatemala, Venezuela y Ecuador.


*El autor de este texto es escritor y es Presidente de la Fundación que lleva su nombre.
Fundación Mempo GiardinelliAño de fundación 1999 Resistencia, Chaco, Argentina

Contacto: Natalia Porta López

Nombre del autor: Carlos Bosch